Como unas cuantas líneas pueden cambiarte la vida...
Imaginad que recibís una carta que revela un misterio, una carta de una amistad perdida, una carta con buenas o tremendas noticias...Este podría ser el comienzo de vuestro relato:
Tenía el corazón en la garganta: no había recibido nunca una carta similar.
Tres años habían pasado desde que el se fue.
Me dejo el alma rota y llena de dolor . Se marcho un día gris del mes de enero y me prometió que volvería pronto.
Tenia que resolver unos asuntos pendientes. Nos despedimos en el portal de mi casa y con los ojos llenos de lágrimas nos dijimos adiós.
Pasaban los días, semanas, meses y no tenia noticias suyas, aunque yo si le escribía.
Esperaba aquella carta que no llegaba. La desesperación se apoderaba de mí. Mi vida era un calvario.
Apenas comía y era incapaz de conciliar el sueño, así estuve meses. Hasta enferme.
Al cabo de un año fui aceptando esta situación, aunque sin llegar a olvidarlo del todo.
Lo seguía recordando de vez en cuando.
Un día que llegue del trabajo un poco desanimada, pues las cosas no iban bien.
Como decía llegué a casa y alguien me dijo:
tienes una carta.
No le dí la menor importancia, pensé, otra factura o publicidad.
Abro la carta y me quede de helada, no podía creerlo. Era de él.
¡Que sorpresa!, pero según iba leyéndola más sorprendida me quedaba.
Decía:
Perdona por no haber escrito antes.
He estado muy ocupado.
Me he casado y soy muy feliz.
Aunque ha pasado mucho tiempo tenia que decírtelo.
Espero que me perdones y deseo que seas muy feliz.
Manuel
Pienso que ojala nunca hubiera llegado esa carta. Aveces es mejor no saber la verdad.