domingo, 16 de mayo de 2010

Habitación de hotel

En una anónima habitación de hotel, una mujer está sentada al borde de la cama. Se siente cansada. Se ha quitado el sombrero, el vestido y los zapatos pero no ha deshecho las maletas. Se concentra en la lectura del horario del tren que tomará al día siguiente. Una suave y melancólica melodia se cuela por la ventana..


Allí se sentó en la cama, pensativa y triste. Allí sin saber que hacer
ni donde ir.
¿Por qué le había pasado a ella?. Ella que siempre se portó bien con
él, que siempre lo quiso y aún lo quería, a pesar de de sus muchas
aventuras y más infidelidades.
¡No me merezco esto!, se repetía una y otra vez, yo que todo se lo di.
Melania, que así se llama nuestra protagonista, lo conoció siendo muy jovencita.
Ella, trabajaba en una fabrica y todos los días cogía un autobús para
desplazarse.
Siempre coincidía con él. Este la observaba, sin decir palabra. Paso
más de un mes.
Y por fin se decidió. Era un día de lluvia, y al bajar del autobús le
ofreció su paraguas.
Así comienzo su relación con él. Todo era muy bonito y a los dos meses
decidieron casarse.
No había pasado un año y ya nació su primer hijo. A los seis años de
casada era madre de sus tres hijos.
Los días pasaban y cada vez su relación con él era más fría y más insoportable.
Cada vez llega más tarde a casa y otras veces la llamaba diciéndole
que no iría a cenar con la excusa del trabajo y de los compromisos.
En más de una ocasión descubrió que la engañaba y le llegaban rumores
de que andaba con unas y otras. Siempre lo perdonaba, él todo lo
desmentía y ella lo creía.
Así hasta veinticinco años aguantando.
De pronto un buen día se dio cuenta de que su vida no tenia
sentido y que no iba ha cambiar.
Harta de todo esto decidió marcharse de casa dejándole una carta de despedida.
Se marcho sin saber donde. Sus hijos eran mayores y con sus vidas
resueltas, ya no la necesitaban.
Cogió su coche y condujo durante horas hasta llegar a esa habitación de hotel...



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