Allí se se

ni donde ir.
¿Por qué le había pasado a ella?. Ella que siempre se portó bien con
él, que siempre lo quiso y aún lo quería, a pesar de de sus muchas
aventuras y más infidelidades.
¡No me merezco esto!, se repetía una y otra vez, yo que todo se lo di.
Melania, que así se llama nuestra protagonista, lo conoció siendo muy jovencita.
Ella, trabajaba en una fabrica y todos los días cogía un autobús para
desplazarse.
Siempre coincidía con él. Este la observaba, sin decir palabra. Paso
más de un mes.
Y por fin se decidió. Era un día de lluvia, y al bajar del autobús le
ofreció su paraguas.
Así comienzo su relación con él. Todo era muy bonito y a los dos meses
decidieron casarse.
No había pasado un año y ya nació su primer hijo. A los seis años de
casada era madre de sus tres hijos.
Los días pasaban y cada vez su relación con él era más fría y más insoportable.
Cada vez llega más tarde a casa y otras veces la llamaba diciéndole
que no iría a cenar con la excusa del trabajo y de los compromisos.
En más de una ocasión descubrió que la engañaba y le llegaban rumores
de que andaba con unas y otras. Siempre lo perdonaba, él todo lo
desmentía y ella lo creía.
Así hasta veinticinco años aguantando.
De pronto un buen día se dio cuenta de que su vida no tenia
sentido y que no iba ha cambiar.
Harta de todo esto decidió marcharse de casa dejándole una carta de despedida.
Se marcho sin saber donde. Sus hijos eran mayores y con sus vidas
resueltas, ya no la necesitaban.
Cogió su coche y condujo durante horas hasta llegar a esa habitación de hotel...
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