
LA CALETA
¡ Ay, que dolor!
Aquel niño marinero,
moreno de brisa y sol,
aquel niño marinero
y a ratos mariscador,
aquel niño -¡ay, que dolor!-...
me lo apuntó la otra tarde.
señor alcalde mayor,
un mal guardia en su libreta.
¡ Todo porque se bañó,
la otra tarde -¡ay, que dolor! -...
en aguas de la Caleta
desnudito como un dios!
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